¿Qué es la disfagia?
Es la afección que implica la
progresión dificultosa del bolo alimenticio de la boca al esófago.
La disfagia puede
afectar a una o varias fases de la deglución, bien sea a nivel orofaringeo,
esofágico
En función de cuál
sea su causa podemos hablar de disfagias neurogénicas o de nivel orgánico.
En lesiones
pediátricas, son muchas las enfermedades que dan lugar a déficit en el proceso
de maduración de la alimentación; citamos aquí unas de las mas comunes: Una
succión que persiste en detrimento de la masticación, lentitud de la deglución, falsas vías alimentarías, obstrucción de la parte oral por la saliva, incompetencia
del velo del paladar, reflujo gastroesofágico, lentitud de la digestión y del
vaciamiento gástrico y falta del desarrollo de las praxis linguales.
¿Cuál es nuestra labor?
-Si existe una
asimetría facial, y el cierre de los labios es asimétrico, la estimulación debe
reforzarse más en el lado afecto.
-Dificultad de
apertura bucal. Se procura insensibilizar este reflejo de mordedura. Para ello
se intenta deslizar poco a poco un dedo en el interior de la boca colocándolo
primero entre la encía y la mejilla y, a continuación, entre las encías
superior e inferior, preparándose para sacarlo rápidamente.
-Cuando es capaz de
controlar la apertura bucal hay que analizar que la capacidad de succión no
desencadene un nuevo cierre reflejo.
-Dificultad para
mover la lengua. La elevación
del tercio posterior de la lengua se consigue presionando con el dedo índice
hacia abajo y hacia atrás, en el tercio anterior de la lengua.
Cuando la lengua se
encuentra pegada al paladar se intenta deslizar la tetina, o el dedo, entre el
paladar y la lengua. La movilidad lateral de la lengua se estimula realizando
vibraciones con el dedo medio en la parte inferior lateral de la lengua.
-El fisioterapeuta
debe intercalar la vibración con la estimulación del cierre de los labios para
que el niño tenga la posibilidad de deglutir.
-Existen otros
problemas como el ahuecamiento inadecuado de la lengua o una coordinación
imperfecta, la solución es introducir los alimentos en la boca a mayor
profundidad.
Más adelante se va
acercando, de forma progresiva, al orificio de la boca,.
Si la elevación de
la lengua es insuficiente, el fisioterapeuta puede pegar en el paladar del niño
alimentos como chocolate o mermelada que el niño buscará automáticamente.
No hay que olvidar
que, cada poco tiempo, se debe permitir al niño que degluta.
-Problemas en la
coordinación succión-deglución-respiración.
La sincronización
se ve favorecida por pausas respiratorias. La respiración y la deglución están
íntimamente unidas. Para establecer un buen ritmo respiratorio es
imprescindible realizar un buen trabajo de fisioterapia respiratoria
(expansiones costales, técnicas de desobstrucción bucal,…La capacidad del
fisioterapeuta para controlar tanto la función alimentaria como la función
respiratoria le confiere un lugar preferente.
- Boca
hipersensible. Con la mandíbula cerrada se golpean los labios del niño en
dirección al cierre. Progresivamente se introduce un dedo dentro de la boca y
se friccionan las encías. Poco a poco se adentra más abordando la lengua, la
parte interna de las mejillas,...
-Trastornos de la
masticación. El movimiento que se busca se realiza de arriba abajo en un plano
frontal. Se puede utilizar un bizcocho tierno o patatas fritas, por ejemplo,
debido a los efectos estimulantes del ruido y del sabor. El fisioterapeuta
facilita el movimiento mediante un apoyo de abajo arriba sobre la mandíbula. Se
induce el movimiento vertical combinado con el lateral, de manera rítmica, con
el dedo medio y el pulgar colocados en oposición sobre la mandíbula.
-Estimular la
deglución. La estimulación de la pared posterior de la faringe y de la
base de la lengua son los puntos de partida para el estimulo del reflejo
deglutorio.
El reflejo
deglutorio se estimulará aplicando frío sobre los pilares anteriores de velo
del paladar. Una deglución ruidosa puede ser signo de falta de coordinación.
Puede tener
dificultad para deglutir por exceso de saliva en la orofaringe. Una técnica
eficaz consiste en tirar de la mandíbula hacia delante, colocando el pulgar
detrás de los dientes de la mandíbula inferior y el índice por debajo el
mentón, ello permite tirar suave y progresivamente de la mandíbula hacia
delante.
-Rehabilitación de
las alteraciones en el tono y de la movilidad normal. Las técnicas de
cinesiterapia aplicadas a nivel del sistema bucofonador permiten reforzar el
control motor.
En el caso de las
alteraciones del tono muscular será necesario normalizar el mismo de manera
previa a la realización de las movilizaciones. La reeducación de la
espasticidad o rigidez mediante maniobras de masoterapia (deslizamientos) y
estiramientos muy suaves y lentos, procurando no estimular respuestas asociadas
de hiperreflexia.
En el caso de
disminución del tono se utilizaran maniobras más intensas de masoterapia y
vibraciones manuales o instrumentales a distintos niveles: lingual, facial,
mentón.
Conclusión.
El diagnóstico y
tratamiento debe ser lo más precoz posible y adaptado a cada uno de los casos.
Evidentemente el
abordaje de un proceso tan complejo y con tan importantes repercusiones para el
niño ha de ser interdisciplinar (fisioterapeutas, logopedas, neurólogos,
foniatras, otorrinolaringólogos, terapeutas ocupacionales, psicólogos,
nutricionistas,...) y siempre contando con la colaboración y participación de
la familiahttps://www.efisioterapia.net/articulos/trastornos-la-deglucion-del-nino-evaluacion-y-tratamiento-fisioterapico
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