jueves, 16 de noviembre de 2017

Natación en los bebés

La natación para bebés es muy diferente a lo que realmente es el nadar, ya que, los niños son demasiado pequeños para adquirir y desarrollar autonomía en el agua y poder realizar los movimientos que se realizan en natación. 

Hay diversos estudios que recogen datos relacionados con el medio acuático y los elementos que intervienen en el proceso de aprendizaje. 

¿Cómo puede ayudar la natación al bebé?

Entre los principales hallazgos de numerosos estudios se ha obtenido que tiene un gran papel en el desarrollo psicomotor, adquiriendo una mayor coordinación motriz, localización propioceptiva e integración kinestésica; además de facilitar movimientos y experiencias motrices que le conduzcan a un aumento del repertorio motor. Además  ayuda al fortalecimiento del sistema cardiotorácico y también es importante para la regulación del tono muscular, la estática, el equilibrio y el movimiento, incluso es beneficioso para conseguir una mejora de las relaciones afectivas entre los padres y  el niño. 


Es necesario destacar que produce un aumento del desarrollo de la capacidad intelectual, ayudando a los niños a ser más creativos y observadores, por lo que se recomienda esta práctica durante los primeros meses de vida del niño. 

Es uno de los mejores métodos de estimulación temprana porque en un ambiente de juego y placer aporta ciertos beneficios importantes sobre el bebé, relacionados con componentes físicos (agua, movimiento, calor). 


¿Es realmente agradable para los bebés?

Esta práctica a los bebés les resulta muy gratificante y tan solo hay que fijarse en su rostro de felicidad cuando lo practican. Para ellos el contacto con el agua, es una de las formas más divertidas de estimulación temprana, además al niño el contacto con el agua no le supone un gran impacto porque están acostumbrados al medio acuático del útero durante el embarazo, que es un medio parecido. Ahí se mueven libremente, ejercitando su musculatura, desarrollan su motricidad gruesa y la confianza en sus capacidades. Si esta actividad es acompañada de cantos y juegos, la experiencia resulta sin duda, enriquecedora. 

Los recién nacidos están perfectamente dotados de una variedad de reflejos que hacen posible el progresivo desarrollo de una conducta adaptada al medio en que se desenvuelvan, en este caso el agua. Si limitas las experiencias del bebé durante su primer año de vida a estar en la cuna o pasear en el cochecito significa reducir el desarrollo tanto físico como intelectual del bebé, en un periodo crítico de su vida. 

¿Cuál sería la edad para empezar a practicarlo?

La edad para practicar esta actividad no está definidas, sin embargo, es conveniente esperar hasta el cuarto mes de vida, ya que a esa edad termina de madurar el sistema inmunológico del bebé y se reducirán mucho las posibilidades de resfriados e infecciones como la otitis, aunque por lo general  se empieza con lactantes de edades a partir de 6 semanas. 

La edad para comenzar la práctica de esta actividad no está definida, no obstante, es conveniente esperar hasta el cuarto mes de vida, ya que a esa edad termina de madurar el sistema inmunológico del bebé y las posibilidades de resfriados e infecciones como la otitis, se reducen notablemente, aunque por lo general se empieza con lactantes de edades a partir de 6 semanas. Los niños de esta edad todavía no son capaces de realizar  todos los ejercicios del programa del curso, pero los aprenden pronto. Hasta entonces se practica más la familiariza­ción con el agua y los ejercicios que el lactante puede efectuar. Aunque es muy importante destacar que al final del primer año de vida es demasiado tarde para el inicio­ de la natación para bebés, ya que el reflejo de protección de la respiración ya ha involucionado.
La natación para bebés se define como una actividad juego-placer-estímulo-experiencia-afectiva. Aunque, no es solo el disfrute personal, sino también los distintos beneficios psicomotores, sociales y cognitivos. 

¿Puede provocar algún trauma en el bebé?

La inmersión total se considera indispensable en el proceso de desarrollo y adaptación. Ésta se  lleva a cabo en las primeras etapas, pero siempre va precedida de un ejercicio de sumergir al niño por encima del labio superior para que el bebé cierre la boca en contacto con el agua: el bebé debe mantenerse en esa posición durante varios segundos y después el padre deberá reconfortarlo para aportarle seguridad. Esta maniobra solo debe realizarse cuando el bebé esté tranquilo, relajado y sin brusquedad, en estas condiciones la experiencia no le resultará traumatizante. 

Contraindicaciones

Por otra parte, la práctica de esta actividad tiene pocas contraindicaciones y algunas de ellas relativas, ya que los niños van a estar siempre bajo la vigilancia de los padres, sin embargo, las contraindicaciones más destacadas son la de enfermedades infecciosas o inflamatorias, enfermedades cardiovasculares, enfermedades cutáneas, etc… 




En el siguiente vídeo podéis observar cómo se lleva a la práctica la natación en bebés:



1 comentario:

  1. Es un tema muy interesante. Muchas gracias por la información, me ha sido muy útil.

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Estudio Fisioterapia Pediátrica